La fe al despertar cada mañana
Apenas me despierto y lo primero que hago es ver si tengo alguna notificación de alguna de mis redes sociales, de mi whats, de si ya subió video nuevo el youtuber al que sigo o simplemente le doy clic a mi lista preferida de Spotify o Youtube… Pero, ¿qué hacíamos hace sólo tres o cinco años atrás?
La fe hoy en día se vuelve a un segundo o tercer plano, se nos olvida que hemos abierto los ojos gracias a Dios que nos ha concedido un día más de vida, él el dador de toda vida.
1. Fe que significa gratitud.
Al abrir nuestros ojos debemos recibir el día con una sonrisa y con un: gracias. Aunque el cuarto este oscuro y haga frío, aunque estés pensando en deslizar tu dedo por la alarme para dejar que pasen 5 ó 10 minutos más. Es en ese momento que debes sonreír, mover esos músculos que te hacen gesticular lo que denominamos sonrisa. Curiosamente son sólo 12 músculos, pero tienen un impacto en tu cerebro, en tu corazón que hacen que cambie tu día en ese mismo instante.
Al hacerlo, recuerda que sonríes por gratitud, en agradecimiento a un día nuevo, a una nueva oportunidad, a… hay miles de cosas por las que puedes ser agradecido en la vida. Toma todos esos agradecimientos y eleva tus ojos a Nuestro Padre Celestial que está mirándote. Convierte ese agradecimiento en una oración sincera.
2. Fe que significa liberación.
Una vez que agradezcas a Dios por todas las bondades que te ha dado sólo por puro amor, sin merecimiento tuyo. Es momento que decidas hacer las cosas, no tanto porque tienes que hacerlas, sino porque quieres hacerlas.
Empieza a tomar control de tus decisiones, sabiendo que el Señor te dará las gracias para que cumplas tus propósitos, para que prosperes, tengas frutos y seas una persona exitosa.
Es entonces que te darás cuenta que tu fe te permite volar más alto y más lejos en tu vida profesional, liberándote de miedos y excusas.
3. Fe que significa éxito.
Eleva tu oración a Dios, vuelve a poner en tus labios esa misma oración que Jesús nos enseñó: Cuando oren, digan Padre Nuestro… (Lc 11, 2.). Poniendo en manos del Padre todo lo que haces, comenzarás a realizar todas tus actividades con más concentración, con más ímpetu y más exigencia, por lo que comenzarás a buscar mejorar cada aspecto de tu vida, de tu trabajo, de tu persona, de tus relaciones con los demás, de tus sueños, haciendo que te vuelvas una persona exitosa.
Por lo que tu fe en Dios te volverá una persona de bien y una persona que logra lo que quiere en la vida.
Éxito
Esos momentos en la mañana, valen la pena volver a nuestros principios, a la oración, a poner todo en manos de Dios y a agradecerle por todos sus beneficios.
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